Según Don Draper, la publicidad se basa en una cosa: la felicidad. Esa lección sigue siendo válida incluso con la llegada de los medios direccionables (addressable media), la ciencia de datos, la tecnología publicitaria y de marketing, y ahora la inteligencia artificial generativa (GenAI). Los anunciantes seguimos esforzándonos por hacer felices a nuestros clientes y a sus consumidores utilizando la publicidad para informar, deleitar, entretener y, en última instancia, conseguir más participación de mercado. Pero esta felicidad ya no se consigue con almuerzos acompañados de martinis y regalos; se basa por completo en los datos.